CREEMOS QUE ES CLAVE TOMAR PARTIDA

Y COMENZAR A JUGAR LIMPIO

 

El deporte es la organización internacional más consolidada que existe. No conoce fronteras políticas ni ideológicas, y tiene la poderosa capacidad de trasmitir valores y reglas a todo el planeta. Ha llegado el momento de promover el juego limpio.

La Ley 10/1990, de 15 de octubre del deporte, establece la obligación del Consejo Superior de Deportes de “colaborar en materia de medio ambiente y defensa de la naturaleza con otros organismos públicos con competencias en ello y con las Federaciones especialmente relacionadas”.

Apostamos por una comunidad deportiva que promueve y defiende el cumplimiento de buenas prácticas en torno al deporte, para tender a una sociedad más sostenible, tanto difundiendo y sensibilizando como comprometiéndose con políticas y acciones sostenibles, en los ámbitos que les corresponda a cada agente implicado.

Desde Wina, creemos que es clave asumir buenas prácticas de juego limpio en materia de sostenibilidad por parte de todos los agentes implicados, para lo que ofrecemos el acompañamiento y facilitación a deportistas, organizadores de pruebas deportivas, marcas, clubes, establecimientos deportivos, organismos y administraciones públicas, organizaciones sociales y cualquier organización deportiva que quiera implantar buenas prácticas en sostenibilidad. A través de Wina respaldaremos el diseño y planificación de sus acciones, visibilizando y posicionando su compromiso y responsabilidad con una comunidad deportiva de winners que abogan por participar en nuevos retos deportivos junto a marcas, organizaciones o pruebas que juegan limpio.

La acumulación de impactos locales tiene un gran impacto global

Existe una relación directa entre deporte y medio ambiente

Planteamos acciones concretas en sectores concretos

 

Manifiesto #JuegaLimpio 

  • Promover el desarrollo de políticas comunes en materia de deporte y sostenibilidad, con el objetivo de implementar una estrategia nacional que integre a todos los agentes implicados.
  • Fomentar la adopción de buenas prácticas que promuevan la sostenibilidad a través del deporte, desarrollando reglamentos en los que se concrete su cumplimiento y reconocer o incentivar a aquellas organizaciones (ya sean públicas o privadas), que los integren en su estrategia.
  • Implantación de sistemas de gestión ambiental que garanticen la responsabilidad de la empresa deportiva u evento deportivo en materia de gestión de recursos y comportamiento ambiental adecuado (Norma UNE- EN ISO 14.001:2004)
  • Exigir como compromiso esencial a organizadores de eventos deportivos, la obligación de contar con sistemas de gestión de residuos que garanticen no solo su recogida y reciclaje, sino su compromiso clave de limitar los avituallamientos envasados o generadores de residuos.
  • Premiar el empleo de materiales deportivos ecológicos, que tiendan al desarrollo de economía circular, mediante sistemas de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje de los elementos empleados.
 
 

 

  • Promover el desarrollo de eventos deportivos e instalaciones que faciliten a las personas participantes el desplazamiento a la prueba en transporte público, mediante traslados en vehículos compartidos de gran capacidad o cualquier otro método que minimice las emisiones de CO2 por persona para participar en dicho evento, y establecer mecanismos de compensación de emisiones de CO2 derivados del desarrollo de la actividad deportiva.
  • Contribuir a poner en valor el patrimonio natural y cultural, priorizando el empleo de recursos materiales de proximidad y compra de productos de comercio local.
  • Desarrollo de red de colaboración entre actores y agentes deportivos, que fomente la reutilización de materiales.
  • Reforzar la necesidad de comunicar la importancia de tomar partida en el reto común para ganarle la batalla al cambio climático, reiterando el impacto ambiental derivado de nuestra actividad deportiva y la importancia de promover el cumplimiento de buenas prácticas.
  • Protección de entornos naturales y biodiversidad , a la hora de determinar trazados que provoquen riesgo de erosión o contaminación acústica y ambiental, reforzando el mensaje de protección ambiental y evaluando el impacto ambiental y cumplimiento de medidas.
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