Se denominan Montes Bocineros a cinco cumbres de Bizkaia desde las cuales, mediante señales sonoras (cuernos) y luminosas (fogatas), se convocaba a Juntas Generales del Señorío de Bizkaia en la Edad Media.

El origen de esta tradición se remonta a los siglos XV y XVI.

Los montes, repartidos estratégicamente por el territorio, son los siguientes:

1. Kolitza (883 m.), en la comarca de Encartaciones.
2. Ganekogorta (999 m.), en la comarca de Gran Bilbao.
3. Gorbeia (1.482 m.), en la comarca de Arratia-Nervión.
4. Oiz (1.026 m.), en las comarcas del Duranguesado y Lea Artibai.
5. Sollube (684 m.) en la comarcas de Uribe y Busturialdea.

Desde estas cimas se realizaban señales sonoras (con bocinas hechas con cuernos) y luminosas (con grandes hogueras), que se mantenían hasta el amanecer, convocando a los apoderados de las Juntas Generales de Bizkaia.

No es casualidad que se utilizasen estas cinco cumbres para dar el aviso. Cada una pertenece a una merindad distinta del Señorío y además forman un cinturón de montañas que abarca toda Bizkaia, de forma que el sonido de los cuernos y la luz de las fogatas llegaban a todo el territorio.

El primer monte desde el que se tocaba el cuerno era el Gorbeia y, seguidamente, contestaban desde las otras cimas. Cuando los vecinos del Señorío oían la llamada, sabían que había Junta General en el siguiente cambio de luna. Era una llamada a la participación ciudadana, ya que en aquella época todos los ciudadanos podían participar en las Juntas.

En el siglo XVII, la tradición fue desapareciendo. En su lugar, se convocaban a Juntas con el repique de las campanas de las ermitas e iglesias. Posteriormente, la elección de procuradores que representaban a los vecinos y la extensión de las convocatorias mediante textos escritos hicieron que la tradición se perdiese definitivamente.

En el marco de los actos organizados por el 25 aniversario del restablecimiento de las Juntas Generales de Bizkaia en la etapa democrática, el 25 de abril de 2004, la institución foral decidió recuperar la tradición de hacer tañer los cuernos en las cinco cimas bocineras. En los años posteriores, se ha llevado a cabo de forma rotatoria, cada año en una cima diferente.